Vestimenta

De la Revolución Mexicana se suele destacar las condiciones de vida durante, antes y después de su acontecimiento, los aspectos que acompañaron a la vida cotidian son y serán siempre las  vestimentas porque muchas veces la forma en la que pensamos hace el reflejo de cómo actuamos y también de cómo vestimos ; La ropa siempre ha sido un código social, incluso en México y en todos el mundo,es un recurso para hacer evidente la clase a la que pertenece. Sin embargo, en México a principios del siglo XX, la ropa trataba de ser también un indicador ante el mundo con alto grado de civilización que fue alcanzada en 30 años de dictadura porfiriana. Claro esta esto si nos ponemos a revisar fotografías de la época, la ropa va cambiando conforme la sociedad, un claro ejemplo es la forma en que vestimos ahora y en como se vestian en el siglo XX y muchisimo mas en las culturas mesoamericanas, ha habido un cambio maravilloso y significativo, por ello es importante mencionarlo.

DESIGUALDADES ECONÓMICAS

Sobre las vestimentas de estos años, Carlos Monsiváis escribió: “Los porfirianos eminentes son, psicológicamente hablando, su atuendo del dia. Para los hombres, la chistera, los bigotes rizados, los guantes, las mancuernillas con diamantes; para ella, el maquillaje al “dernier cri”, el vestido preparado según instrucciones del cliente y recortes de revistas francesas”.

En cuanto a los indígenas, campesinos, obreros y peones (clase baja), esta moda francesa, se encontraba fuera de su alcance.

VESTIMENTA DEL HOMBRE

El empeño por “Civilizar” a los mexicanos, comienza desde el año 1887, cuando las autoridades se forjaron la meta de “pantalonizar” a los indios y mestizos, que hasta entonces, solo utilizaban un simple calzón de manta.

Era tanto su deseo de esto, que incluso se llegó a multar a las personas que no cumplieran con el requisito de usar pantalón; se dijo inclusive que su uso favorecía a los pobres que al ser conminados a portarlos, gastan más dinero en esta clase de prenda, que en las cantinas, pulquerías y piqueras.

Los verdaderos beneficiarios con las leyes pantaloneras fueron “La hormiga”, “Río Blanco” y demás fábricas de textiles, que de esa manera vieron incrementada la demanda de las telas que producían.

Su uso era muy extenso, naturalmente podrían llevar sombreros, paliacates y sarapes de colores, así como chaquetín o chaparreras de gamuza o carnaza; las personas consideradas como “pobres” debían adquirir su ropa por medio de las famosas tiendas de raya. Todos los mexicanos, indios y campesinos parecían estar uniformados; camisa y pantalón de manta era lo que portaban.

Los poderosos y la clase media, vestían la levita, un saco negro que les llegaba casi hasta las rodillas, realizado en paño y con solapas de seda. Por otro lado, la indumentaria de los poderosos, incluía, además de la levita, esmoquin y sacos, para las ocasiones informales se vestía una paleta que sumaba al negro el azul, café, gris Oxford, verde seco, beige, blanco y marfil.

El caballero vestía trajes conforme lo obligaba la ocasión y el momento del día. Un complemento que obligatorio era el sombrero, que debía de ser según el caso; de copa, bombín o cannotier (Sombrero de paja, de alas rectas, copa baja y plana rodeada normalmente por una cinta negra). Finalmente, la pertenencia a una clase social privilegiada se hacía evidente en la abundancia de los anillos, relojes, cadenas y fistoles (alfiler que se prende como adorno en la corbata), así como en los puños de los bastones o paraguas, y en la calidad de las corbatas.

Otro icono importante, eran los charros. Por lo regular es de color negro con adornos metálicos de oro o plata como se les veía vestir, portando un sombrero del color de su traje con adornos muy representativos; el uso del fajo piteado es esencial al igual que las botas acorde al color se su traje.

El traje de charros reglamentado, que puede ser de faena o de gala, debe ser confeccionado con lana, gamuza o la combinación de ambos materiales. Consta de pantalón, chaquetilla, camisa o chaleco, botines y corbata de rebozo. El famoso sombrero, está hecho de fieltro de lana, de pelo de liebre o de paja de trigo y es una auténtica protección para el sol y para la caída desde el lomo de un caballo.

VESTIMENTA DE LA MUJERES

Al pasar de los siglos, podemos ver que la vestimenta de la mujer, experimentó grandes cambios a comparación del atuendo masculino.

En 1906, el diseñador francés Paul Poiret comenzó a suprimir el uso del corsé que se había imperado en la moda femenina desde mediados del siglo XIX con el fin de emancipar la silueta de las damas para vestirlas con moaré (tela fuerte de seda que forma aguas) en colores pastel o tonalidades que iban del beige al marfil. los drapeados y encajes de alencón y chantilly servían para el decorado, al tiempo en que las estolas de tul y las capas o abrigos, interpretados con telas pesadas adornadas con pieles y plumas, eran los complementos obligados.

Los vestidos de lino combinados con encajes y bordados eran aconsejados para lucirse por las mañanas en el hogar, el hipódromo o bien durante los días de campo. El traje sastre en azul marino, gris acero, marrón o verde, era ideal para ir de compras o para los eventos sociales matutinos o vespertinos, como inauguraciones, visitas campestres, compras y paseos al atardecer. Sin embargo, era en la noche cuando las visitas al teatro o a la ópera, la presencia en recepciones y bailes, hacían brillar el chiffon, el shantung, las gasas, rasos y tafetas de seda, bordados con hilos de oro, plata e incluso con aplicaciones de cristal y perlas.

Para dar realce a los peinados, era común el uso de extensiones, trenzas y postizos. Sobre ellos se colocaban los inmensos sombreros,  plumas blancas y los galones de seda rodeando en los cuales abundaban como ornamento los manojos de rosas, los aigrettes (larga columna, que se usa en un sombrero o una pieza de joyería) la copa. Los materiales con que se fabricaban eran de fieltro, la paja e incluso algunas pieles que hacían juego con el par de guantes manufactureros con el mismo material. Dicha prenda era tenida por muy útil y práctica en todos los actos de la vida; los guantes de noche debían ser blancos, grises o negros y si se iba a la ópera, era conveniente usarlos de seda, que cubriera con un elegante abanico.

El atuendo de las damas resaltó por su esmerado corte y por la riqueza de sus bordados, al tiempo que las joyas denotaban la opulencia de quienes las portaban.

En cuanto a las mujeres de clase media y pobre, existieron las ya famosas “Adelitas” o “Soldaderas”. Estas mujeres usaban una sencilla vestimenta, compuesta por una falda larga de varios colores y con holanes al final, para que pudieran moverse libremente, una blusa de cuello alto y su tradicional rebozo, reflejaban la delicadeza de toda mujer.

A continuación se presentan ejemplos sobre como ha evolucionado la ropa en los años abarcamos. Es importante mencionar que el tipo de moda que se presenta, era usada por clase media y alta.

Vestimenta - Hombres

Vestimenta - Mujeres