jueves, 14 de abril de 2016

Alimentación

Son innegables los cambios que trajo consigo la Revolución Mexicana, dando paso a movimientos en el ámbito político, económico, social, pero además el país vivió grandes cambios en las costumbres alimentarias, sentando las bases, en cierta medida para que en la actualidad la cocina mexicana sea una de las más importantes por su variedad de sabores.

los grandes cambios en las costumbres alimentarias de la población en la época revolucionaria se debió al continuo movimiento de las tropas revolucionarias, la falta de ingredientes para las recetas, además de la escasez de alimentos, por lo que las “adelitas”, las mujeres que acompañan a la tropa y que tuvieron presencia en el campo de batalla, tuvieron que enfrentar otra lucha, el cocinar para todos los soldados con lo que tenían a la mano.

Estas emblemáticas mujeres durante la Revolución llevaban consigo una colección de especias y utensilios básicos para la preparación de la comida, entre los que se encontraban: comales, ollas y hasta pesados metales.


En esta época, los platillos tradicionales preparados por las mujeres eran los tamales y las salsas de distintos chiles, convirtiéndose en parte importante de la alimentación, de igual forma las dificultades antes mencionadas, hicieron que las mujeres crearán nuevo platillos, como la célebre Discada, tan típica del norte, que consiste en una combinación de carne de res picada, tocino, jamón, chorizo, se le agrega cebolla picada chile jalapeño y tomate, que en aquellos años debió de ser una combinación muy azarosa, guisadas en un disco de arado y servido con rica tortillas de maíz.

Otros platillos tradicionales mexicanos que se comían en los tiempos de la Revolución Mexicana y que actualmente siguen comiéndose, son: el mole, la barbacoa, los tacos, las tortillas, los frijoles, el chile, el pulque, todos ellos con el toque frecuente de la improvisación. Cabe destacar que, las delicias de la cocina mexicana no dejaron de consumirse en ningún momento y podríamos decir que la revolución contribuyó seguramente a retomar esta parte de la riqueza cultural de país, basada siempre en el maíz y el chile.

Es oportuno aclarar que la comida también estaba ligada al rango jerárquico social, por los cual mostraba diferencias, en lo que se preparaba en la zona norte que en la del sur del país, de igual forma no comía lo mismo un general que un campesino, sin dejar de lado que inclusive había gente que comía durante la marcha y otros cuando se detenían a tomar un descanso o acampaban.

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