jueves, 14 de abril de 2016

Artes plásticas

En el siglo XX la Revolución mexicana tuvo muchos cambios en el arte mexicano. Este conflicto dio origen al Partido Revolucionario Nacional, convirtiéndose en un aliado para muchos intelectuales, comisionando a los artistas para hacer murales en los edificios públicos, para reforzar sus mensajes políticos, incluyendo mensajes que resaltan más los temas mexicanos que los europeos.

MURALISMO

El muralismo mexicano es uno de los géneros artísticos más distintivos de América Latina. Este tiene su origen único en la Revolución mexicana, sin embargo, no fue hasta 1921 cuando inicia formalmente el Movimiento Muralista Mexicano.

Álvaro Obregón, fue quien comisionó a distintos artistas para pintar una serie de murales en las paredes de la Secretaría Nacional y la Escuela Nacional Preparatoria.  A partir de este momento, la Escuela Muralista Mexicana empieza a adquirir prestigio internacional no sólo por ser una corriente artística, sino por ser un movimiento social y político de resistencia e identidad, con imágenes a través de la diversidad de sus componentes estilísticos que retratan temas como la revolución, la lucha de las clases y al hombre indígena. Entre sus miembros, destacan David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Diego Rivera.

DAVID ALFARO SIQUEIROS
autoretrato 1943_david alfaro siqueiros.jpg
Originario de Chihuahua, con sólidas convicciones políticas a favor del arte público y monumental. Sus pinturas murales exaltan la vida del pueblo con influencias surrealistas y expresionistas al servicio exaltado combate político que lo define. Entre ellas se encuentra ”La marcha de la humanidad” del poliforum Cultural Siqueiros de la Ciudad de México, que representa una gran metáfora sobre las luchas del hombre a través de la historia.

JOSÉ CLEMENTE OROZCO

Célebre muralista originario de Jalisco con formación como pintor autodidacta. Comienza con su carrera a través del dibujo y la caricatura de tema social. Desde 1922 Participa en México con Siqueiros y Rivera a comienzos del movimiento muralista. Una de sus obras más representativas es “Hombre de fuego”
hombre del fuego 1937_orozco2.jpgjose_clemente_orozco.jpg

DIEGO RIVERA

Originario de Guanajuato , considerado una de las figuras claves de la plástica mexicana durante el siglo XX. Estudio en la academia de San Carlos y trabajando en su taller tiene influencia de Guadalupe Posada. Entre sus murales importantes se encuentran los del Palacio de las Cortes de Cuernavaca y los de Bellas Artes en la Ciudad de México. rivera.jpg
balada de la revolucin 1928_diego rivera.jpg


PINTURA DE CABALLETE 

Este tipo de expresión artística tuvo un f¡gran desarrollo en estas décadas no solo porque solucionaba los problemas económicos de los muralistas, afectados por las limitaciones en los trabajos gubernamentales, otros como la capacitación deficiente y el poco deseo de pintar.

La organizaciones políticas creadas por los artistas y el desarrollo del grabado:
La mayoría de estos pintores tuvieron gran actividad política en estos años de las década de los 20's a los 30's algunos como Siqueiros y el Dr. Atl desde la década anterior, por lo que formaron diversas organizaciones y sindicatos de artistas. En 1928, en medio de la conmoción causada por el asesinato de Álvaro Obregón, un grupo de jóvenes pintores integró el Grupo de Pintores 30-30, conformado de acuerdo con Del Conde y Franco (2001), entre otros por:  Ramon Alva de la Canal, Gabriel Fernandez Ledezma, Fernando Leal, Fermin Revueltas Rafael Vera de Cordova y Martin Cassanovas. Quienes demandaron en un llamado “Manifiesto Treintrentista, el cierre definitivo de la Escuela de Bellas artes.Consideraban que la Academia se encontraba en manos de un grupo de docentes oportunistas e incapaces, anquilosados y anticuados, denominados despectivamente
Los cuales, según ellos, mantenían una tradición académica que correspondía a la importación del peor gusto europeo, además de no compartir su particular visión de la función social del arte. Al mismo tiempo que consideran que la producción realizada en las Escuelas al Aire Libre, creadas durante la etapa armada, producían verdaderas obras de arte, más baratas, más perfectas y, sobre todo, más populares que las realizadas en la Academia. Tomaron su nombre, según Del Conde y Franco (2001), de la famosa Carabina 30-30 revolucionaria, además de integrarse el grupo con 30 miembros, quienes publicaron algunos números de la revista ¡30-30! Órgano de los Pintores de México, asimismo realizaron exposiciones en la Ciudad de México, en las oficinas de la Cervecería Cuauhtémoc,7 para exponer posteriormente en Puebla y Morelia. Al año siguiente realizaron la Primera Exposición de Grabado en Madera en México, de forma económica y popular, en la Carpa Amaro; para presentar en 1930, sin abandonar su tradición proletaria, su última exposición que fue titulada De la vida del Café, en un café de chinos de Uruapan.

ESCULTURAS

Los temas escultóricos públicos no tuvieron un gran desarrollo, ya que como señalan Del Conde y Franco (2001), el financiamiento de sus obras depende principalmente de los apoyos gubernamentales. Por lo que su desarrollo se rezagó en relación con la pintura y el grabado, lo que cambiaría posteriormente, hacia mediados del Siglo XX, con la estabilización del sistema y, por supuesto, del panteón de nuevas figuras históricas que habría que rememorar. En sus temas, debemos señalar la difusión del Art Decó para la década de los años de 1920, que para los escultores fue algo más que una moda arquitectónica, por lo que se lograron obras en donde se conjugan la tendencias figurativas con los recursos del arte abstracto, como comentan Del Conde y Franco (2001). Por otra parte, la influencia de la Escuela Mexicana de Pintura fue significativa y se expresó con una escultura en donde están presentes los variados temas de su representación, como campesinos, madres con sus familias, mujeres indígenas y obreros. Sobre sus autores, Del Conde y Franco (2001) mencionan que Ignacio Asúnsolo y Fidias Elizondo participaron con sus obras en el proyecto nacionalista de José Vasconcelos. Ignacio Asúnsolo Monumento a Álvaro Obregón El primero fue el creador de la ornamentación escultórica del Monumento a Álvaro Obregón, mientras que el segundo fue el autor del Monumento a Cristo Rey, en el Cerro del Cubilete, Guanajuato. Tanto Asúnsolo como Luis Ortiz Monasterio se formaron en Europa, por lo que en su producción encontramos que fueron receptivos a diversas propuestas de vanguardia, además de influir en diversos discípulos. Oliverio Martínez Monumento a la Revolución [1938] Así encontramos, en la producción de la época, obras influidas por el expresionismo, las cuales demandan del espectador algo más que ser contempladas; ya que sus autores pretendieron que manifestaron su propia interiorización sensible de la realidad, la cual exponen en sus creaciones a los cuestionamientos y las críticas de sus espectadores. Por otra parte, dentro de lo más cercano a los cánones estilísticos de la época, señalan Del Conde y Franco (2001), encontramos las obras escultóricas del Monumento a la Revolución de Oliverio Martínez, y las de su entonces discípulo Francisco Zúñiga, con sus representaciones volumétricas y litográficas de matronas indígenas, ampliamente conocidas a nivel mundial, que llegaron a generar un formato que comercialmente ha sido altamente efectivo, tanto dentro como fuera de México

No hay comentarios:

Publicar un comentario