viernes, 15 de abril de 2016

Nacionalismo Revolucionario


El periodo post-revolucionario que comprende de 1920 a 1940 presentó como consecuencias revolucionarias y más que consecuencia la necesidad de una clara restauración nacional en torno de un renovado nacionalismo estatal que impulsó un redescubrimiento y reconformación del país, cuya principal característica giró alrededor de la incrementada incorporación de millones de personas que habían sido excluidas por la dictadura, a la vida  socio-política y económica de la nación; aprovechamiento la fuerza generada y la presión de su gran cantidad de participantes, directos e indirectos con un ideal común o individual, en los procesos del movimiento revolucionario que sacudió a todo el país.

Se impuso por el Estado un nuevo tipo de nacionalismo que se diferenció de las dos grandes vertientes anteriores de fundamentos conservadores: la que mantenía profundas raíces criollas  desde la Independencia y la campesina que derivan de antecedentes coloniales indígenas, para aleccionar, cívica y moralmente, a las masas. Este nacionalismo se apoyó en una doctrina cultural que se apuntaló más en espectáculos que en libros, con una particular versión  impresionante de la historia nacional por medio del muralismo o la Escuela Mexicana de Pintura.

  • Algo peculiar de este nacionalismo es que promoviò la alfabetización y indigenismo, que en este momento más de la mitad de la población era analfabeta, integrando a grupos numerosos que habían sido marginados por su cultura o etnia, el racismo, clasismo y la sobreexplotación.
  • Capacitó a la mano de obra para lograr el desarrollo industrial
  • Fortaleció la cultura laica para lograr la modernización del sistema económico.
  • Con un sistema educativo nacional implantó un sentido uniforme de la nacionalidad como historia y como obediencia a las instituciones.

Señalando y marcando por leyes justas  cual iba a ser el lenguaje nacional; como era el gobierno al que rendiremos y para darle más importancia, en qué consistía y cómo  se debía expresar la emoción de la patria.


Para poder suplantar el centralismo y sus marcadas ideas, si implantaron distintas acciones como lo fue la multiplicación de ceremonias públicas masivas, monumentos y murales alardeando a la patria mexicana, textos de historia o novelas que expresaban epopeyas revolucionarias, en donde hubo existencia de héroes y villanos, líderes estereotipados,- que incluso en la actualidad persisten estos métodos de instrucción en las escuelas, y en algunas plazas significativas de nuestro país- mientras el pueblo era redimido por su sacrificio desinteresado y sufrimiento.

Además de esto, la música jugó un papel que expresaba la esencia popular aprovechado por el nuevo recurso masivo de comunicación, la radio, que fungió como novedoso de la época; de todo esto nos podemos dar cuenta al ir analizando la vestimenta, las costumbres, el entretenimiento, la vida cotidiana, desde algunos aspectos a los que estamos completamente familiarizados.

La dirigencia  fue llevada por el grupo triunfante durante la etapa armada y sus sucesores, haciendo uso de las reformas incorporadas en la Constitución de 1917 para lograr las transformaciones económicas, políticas y jurídicas requeridas para anexar al país al moderno desarrollo industrial. Para llegar a ello en primera instancia se neutralizó al radicalismo revolucionario y se destruyeron los remanentes contrarrevolucionarios ; se redujo violenta y continuamente el caudillismo y militarismo generado por la propia Revolución; se generaron las primeras organizaciones políticas que permitieron reconstruir la vida política nacional, quienes tuvieron que, forzosamente, incorporarse en un único partido para reducir las tensiones generadas  por los cambios de gobierno. Para acabar incorporando a los diversos sectores productivos en corporaciones organizadas bajo su tutela y dirección , ofreciendo a los sectores sociales más beneficiados la continuidad del sistema capitalista con intervencionismo estatal en la economía y a las capas medias y los proletarios los apoyos derivados  del Estado Benefactor, que les permitirían mejorar económicamente y lograr su ascenso social, dedicaban a las labores del campo, viviendo de una agricultura de subsistencia en poblaciones de menos de 2 500 habitantes, de las cuales más del 90% no estaban comunicadas con ferrocarriles o telégrafo, carecían de agua potable y electricidad, además de servicio postal o telefónico, médicos y boticarios, sacerdotes, y maquinaria agrícola motorizada.

Por lo que refiere a la vida urbana y tomando como referente la Ciudad de México se establece que la población al inicio de la Revolución fue de 720 753 habitantes y ocupaba una extensión de 40.5 km en donde los más beneficiados viven en colonias diseñadas como urbes europeas, lujosamente ambientadas contaban con todos los servicios incluso se habían abierto almacenes como Palacio de Hierro, El puerto de Liverpool o El Centro Mercantil.

 La población posrevolucionaria al adquirir el nacionalismo como sentido de pertenencia experimentó cambios notorios desde la instancia psicológica llevándola a reflejar en el físico, la búsqueda de una identidad única; Durante la mexicanización adquirieron los habitantes formas específicas de vestir y a lo largo del país distintas e inigualables con otras etnias. La ideología tuvo gran impacto sobre los mexicanos posrevolucionarios, necesariamente el Estado al adoptar el nacionalismo adoptó políticas educativas, carreteras, los nuevos medios de comunicación, el entretenimiento, hubo cambios incluso en el nuevo panorama al ir observando la aparición de los nuevos grupos políticos, los nuevos sistemas que llegaron a las zonas rurales .

Para darnos cuenta de una forma detallada que sucedió en la sociedad después de la lucha de la Resolución, se hará mención y descripción de algunos aspectos que incumben dentro de este tema a tratar.

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